


La intervención en el Convento de Santa Isabel, ubicado en el casco histórico de Toledo, supuso una actuación integral sobre un conjunto monástico de alto valor patrimonial, en el que se abordaron de forma coordinada trabajos de restauración arquitectónica, conservación y supervisión arqueológica. Se actuó sobre las cubiertas inclinadas mediante la consolidación estructural de la armadura, renovación de teja cerámica y refuerzo de puntos singulares. Asimismo, se restauraron los forjados de madera, consolidando viguetas y elementos portantes en riesgo, y se procedió a la recuperación de los pavimentos cerámicos tradicionales de barro cocido.
La intervención incluyó también la limpieza, fijación y reintegración puntual de yeserías decorativas, el tratamiento y restauración de las rejerías de forja histórica, así como la conservación y reposición puntual de carpinterías de madera originales.








